domingo, 3 de febrero de 2013

Subo al colectivo, estaba imposible, lleno de gente que volvía de no sé donde o que iba a cualquier lugar. Para mayor comodidad me acomodé al lado de ellas. Un par de lesbianas que estaban una más buena que la otra, colombianas ambas. Parecían salidas de un sueño de esos que no te querés despertar nunca más. Parece que se conocían hace poco, hablaban de sus relaciones anteriores, de cómo el amor o el sexo habian golpeado a sus puertas. Las examiné de punta a punta, sus labios carnosos, los ojos grandes con esas pestañas largas y lacias. El pelo corto con una trencita de macramé al final. Las manos de hombres, más bien de niños porque eran pequeñas. Parecían hermanas de tan parecidas que eran. Me di cuenta que las quería. Las quería para mí. Besar esas bocas, sentir su calor y sus caricias. Cerré los ojos en un instante y nos imaginé en una cama con sabanas blancas.De pronto, se escucha el ruido del timbre y me saca de mi mundo de ensueño. Se bajan y con ellas se van mis fantasias.

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